Veinte senderistas nos poníamos en marcha para acompañar al Isuela en un madrugada fresca que a medida que pasaba el tiempo se iba a transformar en una mañana «otoñal», agradabilísima para caminar en la última caminata del año.
El camino de Santiago, todavía en la umbría, conservaba restos de la nieve caída los día de antes.
A la hora prevista llegábamos a Igriés, a la ermita románica de San Juan, recibiendo de nuestro compañero Adolfo una didáctica información sobre la misma.
Ascenso al Saso de Apiés y poco después avistábamos la localidad de Sabayés, nuestro siguiente objetivo. El recorrido por sus calles nos llevó a visitar los restos de su castillo y el exterior de la parroquial.
Ya solamente nos quedaba descender a nuestros coches por lo que queda del «camino viejo» a Arascués.
Ya en el restaurante, una buena comida y los brindis por la Navidad, pusieron fin a otra extraordinaria jornada. Más imágenes en el siguiente enlace.


