Veintiséis montañeros se ponían en marcha desde el puente de San Nicolás para cubrir lo que iba a ser una de las más sorprendentes salidas del Aula de la Naturaleza.
La niebla que, iba y venía, siendo a veces densa (en las zonas despejadas) y tenue (dentro de los sobrecogedores bosques) nos iba a acompañar durante la mañana.
Poco a poco el grupo se fue adentrando en los alfombrados caminos entre hayas para alcanzar la zona en la que se encuentran unos venerables tejos (taxos) que parecen los dioses protectores del valle. La niebla, a contraluz, producía un halo que obligaba a caminar con un cierto respeto ante estas maravillas centenarias de la naturaleza.
Con algún retraso llegamos al restaurante del Hostal Río Ara en donde nueStros amigos Ramón y Javier nos habían preparado una suculenta comida con la que culminamos otra gran jornada de
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